Ubicada en una pendiente rodeada de árboles, esta casa se sitúa en la orilla norte de un lago en el sur de Chile. El terreno desciende desde colinas empinadas hasta el borde del lago, presentando una pendiente considerable y una abundante vegetación de árboles nativos. El proyecto tenía como requisito principal preservar todos los árboles existentes, integrando la construcción de la casa entre ellos y asegurando vistas espectaculares de los volcanes, el lago y la vegetación circundante.
El mayor desafío fue, una vez elegida la ubicación y los árboles alrededor de los cuales se construiría la casa, cómo superar la pendiente, que alcanza casi los 45 grados. Para resolverlo, se decidió asentar la mitad de la casa en el suelo y la otra mitad sobre pilotes.
Dado que la zona donde se ubica el proyecto recibe abundante lluvia durante el año, se optó por una volumetría simple para evitar problemas relacionados con el agua. Así, el techo del volumen del dormitorio inferior se utiliza como una terraza cubierta. Toda la casa está revestida externamente con tejas de alerce de demolición, una madera que no requiere mantenimiento y es ideal para climas lluviosos. En el interior, se utilizó revestimiento de pino local.
